Francia a la cabeza de la UE: de Lisboa a la Europa a varias velocidades, pasando por el referéndum europeo y Zapatero
Comienza hoy la presidencia francesa de la Unión Europea, que París ejercerá hasta el 31 de diciembre. Tiene por delante importantes retos, pero el más llamativo tiene que ver con que Francia volverá a enfrentarse con la misma piedra con la que tropezó en 2005, haciéndonos caer a todos en la crisis: la cuestión constitucional. Entonces rechazó en referéndum la Constitución Europea que los españoles habíamos respaldado en las urnas meses antes, abriéndose un período de incertidumbre y parálisis que pareció terminar con la adopción del Tratado de Lisboa -que recoge en realidad los grandes contenidos de aquella-. Pareció, porque Irlanda acaba de decir NO al mismo. Ahora hay que buscar una solución que permita lo antes posible la entrada en vigor del Tratado, necesario para que la UE funcione más y mejor, con mayores democracia y eficacia. Continúa el proceso de ratificación, pero las nubes se ciernen sobre él: ¿habrá, en qué condiciones y cuándo un segundo referéndum en Irlanda?, ¿qué pasará en la República Checa?, ¿qué sucederá en Polonia, dondel el Sejm ha ratificado el Tratado pero el Presidente se niega a firmarlo, según hemos conocido hoy?. La solución debería llegar antes de las elecciones europeas, que serán tan decisivas como complicadas para las fuerzas europeístas, ante la creciente tendencia del euroescepticismo a derecha e izquierda. Pero, se cual sea el escenario a corto plazo, se impone la reflexión sobre dos temas clave: el referéndum europeo como método de ratificación (algo que ya apuntaba Zapatero en la entrevista concedida a El País el domingo pasado) y la Europa a varias velocidades (que ya existe), tema que introducía en mi artículo en El País del 14 de junio -disponible en este blog- y han reiterado Joschka Fischer y Jean Marie Colombani (hoy mismo) en sendos textos en ese periódico. Europa necesita un fuerte impulso político, de lo contrario se irá difuminando lentamente, algo que sería dramático. Temino: España, con el PSOE en el Gobierno, debe jugar durante la presidencia francesa un papel relevante, pues Zapatero es actualmente el valor más seguro de la izquierda europea y nuestro país tiene fuerza e ideas para conseguir que estos seis meses sean los de una Europa más social e igualitaria. Estoy convencido de que actuaremos en esa dirección.
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