sábado, 6 de marzo de 2010

De Madrid a toda Europa


La web De Madrid a toda Europa publica una estupenda reseña de mi intervención en la mesa redonda que organizó el 2 de marzo la Asociación Ciudadanía Europa, de la que hice una reseña en este blog. La reproduzco a continuación:

Carlos Carnero explicó cómo, junto con Diego López Garrido, introdujo los derechos de la ciudadanía europea en la Constitución Europea, que luego han pasado al Tratado de Lisboa. Animó a Óscar Iglesias y a Almudena Fernández a seguir trabajando, desde el Ayuntamiento de Madrid, por conseguir que esta ciudad sea realmente europea, y que ocupe el lugar que se merece en este proyecto común.

El Tratado de Lisboa representa una Europa más europea, más social, más ciudadana. Como ejemplo, el Parlamento Europeo ahora es decisorio, mientras que antes sólo era declamatorio.

Europa se enfrenta a la crisis y a la posibilidad de pobreza para millones de europeos. Frente a esta situación está la Carta de Derechos de Ciudadanía, que ha sido un paso importantísimo en la definición de Europa, ya que obliga a actuaciones desde las administraciones públicas. El Tratado de Lisboa es el más avanzado porque llega, en cuanto a derechos, mucho más lejos de lo que ha llegado, por ejemplo, la Constitución Española o cualquier otra. Refleja, entre otras cosas, el derecho a la igualdad, la regulación del control de los datos personales, o las situaciones de dependencia. Recoge todos aquellos avances que se han producido en los últimos tiempos.

Y este Tratado existe gracias al referéndum que se hizo en España, que marcó un camino a seguir, y gracias al cual, aunque haya habido países que no ratificaron la Constitución, los ciudadanos europeos sí que votaron mayoritariamente a favor.

Los españoles somos los más preeuropeos de la Unión, y además representamos el éxito de la ampliación, y nuestra relación con América Latina es fundamental.

Carlos Carnero expuso que las prioridades de la Presidencia Española pasan por encabezar un gobierno económico y social europeo fuerte que nos haga caminar unidos hacia la salida de la crisis. El Gobierno de España ha marcado como primer objetivo la Estrategia 2020 de construir un gobierno económico y social. Se trata de una estrategia de objetivos vinculantes. Hay que explicar y demostrar que el mercado no puede estar por encima del estado del bienestar y de los derechos de los trabajadores. Es necesario también un Tesoro Público Europeo de una vez por todas.

No se va a poder conseguir todo en este semestre, pero hay que dar pasos adelante e irreversibles. En este camino hay apoyos también de parte de la derecha europea que cree que la estabilidad de la Unión pasa por un gobierno económico y social.

Los especuladores del mercado actúan en términos de cartel, de oligopolio, siendo capaces de mover 8.000 millones de euros y atacar a Grecia o a la libra esterlina. Por ello es importante el mensaje político lanzado a Grecia desde la Unión: Grecia no está sola.

La segunda prioridad de la Presidencia es poner a la Unión en el mundo. La Unión Europea es el primer espacio de planificación democrática y el primer espacio público de intervención. Para diseñar esta política de impulso exterior se está realizando una política exterior global, con cumbres de la Unión Europea con América Latina, o Japón, o Rusia, o con el Mediterráneo, o con Brasil.

También dentro de este objetivo está la apuesta española de destinar el 0,5% del PIB a programas de cooperación, porcentaje que llegará al 0,7% en 2015.

Paralelamente, se está impulsando la ciudadanía europea del siglo XXI, con una apuesta por la igualdad, por la juventud a través del pacto europeo, por la Europa laboral, o con la capacidad de la iniciativa legislativa popular. Es necesario, para todo ello, desarrollar a fondo el Tratado de Lisboa.

La Unión se asemejaba a un aeropuerto con muchos aviones sin posibilidad de despegar, por problemas técnicos, o de combustible, o de personal. El éxito consiste ahora, no tanto en que lleguen a su destino, como en que seamos capaces de ponerlos a todos en el aire y que inicien su camino. La ciudadanía europea tiene que pensar que Europa ha vuelto para quedarse, y los españoles estaremos de nuevo orgullosos por haber sido los que hemos facilitado su despegue.

Tras la intervención de los tres componentes de la mesa de debate, Óscar Iglesias abrió el turno de preguntas de los asistentes, que participaron en un animado debate.

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