martes, 3 de febrero de 2009

Huelgas con tintes racistas en el Reino Unido: la salida es más Mundo y más Europa frente a la crisis

Las huelgas con tintes xenófobos que están teniendo lugar estos días en Gran Bretaña son, sin duda alguna, un mal síntoma de la crisis económica y social -utilicemos ese término sin miedo- que recorre el Mundo y, desde luego, golpea con dureza la Unión Europea. La pérdida del empleo -o la posibilidad de que eso ocurra- es el problema más importante con el que nos enfrentamos, pues el paro es un factor de sufrimiento individual y de desagregación colectiva. Muy probablemente, la mayoría de los trabajadores británicos que están protagonizando aquellas huelgas no es racista, por lo que es preciso hacer un esfuerzo eficaz para que sean conscientes de que sus legítimas preocupaciones ni pueden derivar en propósitos excluyentes ni ser rentabilizadas polîticamente por los partidos de la extrema derecha o del populismo. En todo caso, lo que hoy ocurre en el Reino Unido es una alarma de lo que puede suceder en otros países de la Unión. Seamos, en ese sentido, conscientes de que las elecciones europeas de junio son un terreno perfecto para que tales partidos aprovechen la situación a su favor. Condenar el racismo y la xenofobia y combatirlo con argumentos es imprescidible. Lo mismo que crear puestos de trabajo o impedir su destrucción, argumentando que el comercio internacional -el área más regulada de la economía mundial- no es parte del problema de la crisis, sino parte de su solución. De ahí que el proteccionismo sea un mero callejón sin salida a corto plazo, tal y como la existencia misma de la UE demuestra. Estoy convencido de que nuestro Gobierno, que estará tanto en la Cumbre de Londres como en sus preparativos representado por su Presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, estará de ese lado, empujando a favor de más coordinación económica y más intercambios frente a la crisis, de Más Mundo, de más Europa, de más apertura económica y comercial. No hay otra salida.

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