Zapatero ha de estar en la Cumbre de la FAO de Roma a la cabeza de la solidaridad, pero también de las reformas estructurales en la globalización
La FAO se reúne en Roma para abordar la crisis alimentaria mundial. Podrán y deberán adoptarse ayudas de emergencia para afrontar la dramática situación de los cientos de millones de personas que no ingieren a diario la cantidad mínima de calorías para sobrevivir. Pero el problema seguirá siendo estructural: vivimos en un modo de producción incapaz de organizar de forma eficiente para la mayoría el uso de los recursos disponibles, pues cada vez que utiliza la mano invisible del mercado para aplicar el mecanismo de prueba y error a fin de ajustar las variables macroeconómicas se lleva literalmente por delante la vida de millones de seres humanos. La globalización neoliberal hoy hegemónica no puede actuar de otra manera. Por eso es urgente cambiarla, introduciendo reformas sustanciales que permitan gobernar los acontecimientos con una perspectiva social. El Planeta está en condiciones de producir no ya tantos alimentos como para alimentar a los que lo habitamos en la actualidad, sino para hacerlo para la previsión de crecimiento demográfico de las próximas décadas. El problema no es de escasez, sino de una gestión que beneficia a las minorías. En ese marco, la UE sigue siendo un ejemplo de solidaridad y -que nadie se lleve las manos a la cabeza- planificación democrática: ahís está la Política Agrícola Común (PAC) tan injustamente denostada como imprescindible. Lo demuestra muy bien en un artículo que publica hoy El País la Ministra Elena Espinosa, titulado La agricultura, un sector estratégico (http://www.elpais.com/articulo/opinion/agricultura/sector/estrategico/elpepiopi/20080603elpepiopi_4/Tes). En Roma, Zapatero ha de estar a la cabeza de la solidaridad, pero al tiempo de las reformas estructurales, de fondo. Porque, de lo contrario, los acuerdos de la FAO pueden ser no, serán con toda seguridad, pan para hoy y hambre para mañana. Por cierto, hoy más que nunca recomiendo el libro El Informe Lugano, de Susan George, publicado en España en 2001 por Icaria Editorial e Intermón Oxfam. La realidad, como suele decirse, supera siempre la ficción
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