jueves, 1 de mayo de 2008

España tiene que decirle alto y claro a Sarkozy que no comparte su descalificación del Proceso Euromediterráneo de Barcelona

El Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha vuelto a arremeter ayer contra el Proceso Euromediterráneo de Barcelona, puesto en marcha en 1995 y que hasta la fecha es el único proyecto compartido de cooperación política, económica, social y cultural existente no solo entre el conjunto de países de la región, sino entre los estados de la ribera sur.

A lo largo de 18 años, el Proceso de Barcelona ha activado una infinidad de proyectos que han incidido positivamente en la calidad de vida de los habitantes de la zona, desde la inserción laboral hasta la descontaminación, pasando por la igualdad ente el hombre y la mujer, habiendo involucrado en ellos, de forma activa, a todos los socios de la UE, no solo a los mediterráneos. ¡Claro en poco más de cuatro lustros es imposible cambiar las tendencias de fondo que perviven en la región mediterránea, pero además de los logros explícitos del Proceso de Barcelona habría que calcular los costes que hubiera acarreado su inexistencia!

Curiosamente, soy el único eurodiputado de cualquier nacionalidad que ha participado en las delegaciones oficiales de la Eurocámara tanto a la Cumbre de 1995 que lanzó el Proceso de Barcelona como a la Cumbre que en 2005 marcó su X aniversario. Con ese bagaje y hoy, como Portavoz socialista en la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea y Vicepresidente de la Comisión de Cultura de la misma, no puedo más que indignarme ante la acitud del Sr. Sarkozy. Descalificar el Proceso de Barcelona no solo es injusto, sino que además debilita una de las pocas realidades exitosas de la política exterior de la UE y perjudica a los programas que benefician a miles y miles de ciudadanos mediterráneos.

El Presidente francés no se da por enterado de que la decisión del Consejo Europeo de marzo fue poner en marcha el próximo 13 de julio una nueva etapa del Proceso de Barcelona, dotándole de mayor institucionalidad, alcance programático y recursos financieros. Por eso se utilizó el término "Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo" y se encargó a la Comisión Europea, no a Francia, la elaboración del proyecto correspondiente.

El Parlamento Europeo no comparte la actitud del Sr. Sarkozy y apoya la profundización del Proceso de Barcelona, no acabar con él sustituyéndole con algo etéreo e indefinido.

Por cierto, es profundamente llamativo que el Presidente francés se lance de nuevo a la carrera anti-Proceso de Barcelona alabando los avances democráticos de Túnez en la capital de ese país, en el que brillan por su ausencia las libertades y los derechos. Lo he constatado pesonalmente el año pasado al reunirme con la oposición en su sede y al salir encontrarme con que todos los viandantes y tenderos eran figurantes porque en realidad eran policías.

La España de Zapatero no puede guardar silencio ante la política de hechos consumados del Sr. Sarkozy. Conviene desde ya hablar alto y claro en defensa del Proceso de Barcelona, desmontando los discursos que ocultan interesadamente sus logros para embarcarnos en un viaje a ninguna parte compartida. En esto se necesita oir la voz de nuestro país de forma alta y clara. En esto y en la defensa de las decisiones de la UE, pues, de lo contrario, la imagen que lamentablemente viene dando la Unión -cada uno a la suya en una auténtica parálisis política y legislativa- terminará haciéndose realidad.

Me preocupa seriamente lo que está ocurriendo en la UE y sus repercusiones en la participación en las elecciones europeas de 2009. Actuar ahora es ineludible.

Os adjunto la noticia publicada hoy por El País.

Sarkozy descalifica el Proceso de Barcelona de la UE
El presidente francés promociona en Túnez su Unión para el Mediterráneo
J. M. MARTÍ FONT - París - 01/05/2008
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cerró ayer un polémico viaje oficial de 48 horas a Túnez, con un entusiasta llamamiento a la cita del próximo 13 de julio, en París, donde debe nacer su proyecto de Unión para el Mediterráneo (UPM) y aprovechó para mandar al baúl de la historia al llamado Proceso de Barcelona, creado en 1995 por la Unión Europea (UE) y el resto de países del Mediterráneo al que pretende suceder. "Si se convierte en una realidad, cambiará el mundo", aseguró Sarkozy.
En un discurso pronunciado en Túnez, el presidente francés hizo un llamamiento a los países ribereños del Mediterráneo a "no perder su cita con la historia". Los países del Mare Nostrum, añadió, deben asociarse, entre otras cosas, para luchar contra "la barbarie" que amenaza la civilización.
Túnez, en este sentido, es para Sarkozy un ejemplo para "todos los pueblos amenazados por el fundamentalismo y el oscurantismo", en cuanto que "lleva medio siglo comprometido en la vía del progreso, la tolerancia y la razón". Unas opiniones que le han valido durísimas críticas en Francia por lo que representan de aval a la política de derechos humanos y los ataques a la libertad de expresión que lleva a cabo el régimen del presidente tunecino, Zin el Abidín Ben Alí.
Pese a los concesiones de todo tipo que el presidente francés se ha visto obligado a hacer respecto a la idea original de la UPM, especialmente las que forzó la canciller alemana, Angela Merkel, que veía cómo Berlín quedaba al margen pese a tener que pagar la factura, Sarkozy insistió ayer en las bondades del proyecto, por la vía de descalificar el Proceso de Barcelona. "Barcelona está bien", dijo, "porque es el Norte que ayuda al Sur. Pero Barcelona, siento mucho decirlo, no es una colaboración entre los pueblos, Barcelona es un error porque es la continuación del diálogo Norte-Sur tal como se estableció tras la descolonización, es decir sobre la base de una relación no igualitaria, en la que uno decide y el otro recibe".
"Frente al diálogo Norte-Sur que permite que aumente peligrosamente el foso entre las dos riberas, Francia propone la idea de una unión entre todos los países del Mediterráneo fundada sobre una igualdad de derechos y deberes. He aquí la novedad", añadió Sarkozy. El presidente francés esbozó algunas de sus ideas sobre el futuro funcionamiento de la UPM. Tendrá un sistema de copresidencias rotativas a cargo, simultáneamente, de un país del norte y otro del sur. La sede de la organización, por supuesto, estará en un país del sur. Una mención que en Túnez fue seguida con un particular interés."

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