miércoles, 31 de octubre de 2007

Parando el cambio climático en el Mediterráneo, con o sin Rajoy y su primo

La Comisión de Cultura de la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea (APEM), reunida en Roma los días 29 y 30 de octubre, me ha desginado, junto con una parlamentaria egipcia, coponente sobre el Horizonte 2020, la iniciativa lanzada en el marco del Proceso de Barcelona con el objetivo de luchar contra la contaminación en la región.

Como hemos explicado en la capital italiana, concitando el acuerdo de los parlamentarios miembros de la APEM, nuestro Informe se llevará a cabo en dos etapas: la primera irá hasta el pleno de la Asamblea en primavera de 2008, profundizando en las posiblidades que abre el Horizonte 2020; la segunda llegará ante la reunión plenaria de la APEM en marzo de 2009, haciendo balance del primer año efectivo de aplicación de la iniciativa.

Limpiar el Mediteráneo es un objetivo clave. Para eso hace falta enfrentarse a las tres fuentes principales que lo contaminan (en un 80 %): las emisiones industriales, los residuos municipales y las aguas urbanas no potables. Debemos contribuir desde la UE a dotar de capacidad de actuación a los socios del sur, profundizar la investigación sobre la contaminación en la zona, entre otras medidas.

Eso está bien: el Horizonte 2020 es la demostración de que el Proceso Euromediterráneo es útil para la vida ciudadana, de que es un instrumento insustituible que deberá convertirse, dando un paso cualitativo y cuantitativo, en una unión euromediterránea, como estamos proponiendo desde el Gobierno español y el PSOE.

Pero hace falta más. En el Mediterráneo debemos ser capaces de afrontar también el urbanismo salvaje(de ahí mis aplausos a la iniciativa de la Ministra Narbona -que expliqué en Roma- para parar la construcción incontrolada e ilegal en 700 kilómetros de la costa mediterránea de nuestro país, el transporte de petróleo y otras mercancía peligrosas por barco y la prevención de catástrofes ecológicas, como fuentes reales o potenciales de contaminación.

Para ello hace falta que iniciativas como el Horizonte 2020 sean un éxito y, desde luego, cuenten con financiación suficiente; abren la puerta a un trabajo colectivo que se irá profundizando en el futuro inmediato.

Porque es aquí, en el Mediterráneo, donde estamos más interesados en parar el cambio climático, proteger la biodiversidad y frenar la desertización. Si no miremos la puesta en marcha de nuevos proyectos de turismo masivo no sostenible, los incendios, la subida de temperaturas, el crecimiento del nivel del mar o la ausencia de acceso al agua potable de millones de personas, un conjunto de hechos ligados directamente a la inexistencia de un modelo de desarrollo sostenible.

Lo haremos con o sin Rajoy y su primo, claro está.

¡Manos a la obra!

1 comentario:

Anónimo dijo...

No olvides felicitar al Gobierno de España por la moratoria urbanística sobre La Manga del Mar Menor. Ya era hora que hicieran algo sin tener que esperar que algún temporal matara a alguien plácidamente dormido-a en su cama construida en el mismo Mediterráneo.