martes, 28 de agosto de 2007

Sarkozy, el modismo en la política francesa, España y la Constitución Europea

El Presidente Nicolás Sarkozy pronunció ayer su primer gran discurso sobre política exterior. Quien lo desee puede encontrarlo íntegro en la dirección

http://www.elysee.fr/elysee/elysee.fr/francais/interventions/2007/aout/allocution_a_l_occasion_de_la_conference_des_ambassadeurs.79272.html

Claro que se trata de una intervención de gran interés, por lo que Francia representa en la escena internacional y por tratarse de un pronunciamiento de su Presidente. Sin embargo, su lectura me sugiere tres comentarios críticos.

El primero, que la política francesa vive demasiado de la permanente acuñación de nuevos términos para definir la realidad existente o la que se desea configurar, sin darles contenido. Se abusa del modismo, sin concretar las nuevas definiciones. Ahí está el ejemplo de la Unión Mediterránea, que ni siquiera en este discurso empieza a perfilarse seriamente, cuando en España ya estamos yendo mucho más al grano.

El segundo, lo llamativo que es que cuando Sarkozy habla de ampliar el Consejo de Seguridad o el G-8 se olvide en ambos casos de España. No lo digo por un prurito nacionalista, quede claro, aunque eso no me hace olvidar el importante papel que está jugando nuestro país en la escena internacional y su peso específico en la misma. El error no está en citar a este o aquel país (que también, situados en esa lógica), sino en olvidar otra vez que estos temas estarían mejor resueltos en el marco europeo. Si no, ¿cómo van a tomar a la UE en serio en el resto del Mundo?

El tercero, que ya basta de proponer "grupos de sabios" para definir el futuro de la Unión. No hace falta seguir hablando sobre nuestro ombligo, sino poner en práctica lo que debemos ser. Más que con un informe de chicos listos, tenemos que llegar a las próximas elecciones europeas con el nuevo Tratado ratificado. Que luego ya trabajaremos para contar con una Constitución propiamente dicha, como casi conseguimos los que estuvimos en la Convención que la redactó con las puertas abiertas.

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