Volviendo de Argelia
Vuelvo a escribir después de varios días de ausencia, provocada por haber viajado a Argelia formando parte de una Delegación del Grupo Socialista del Parlamento Europeo en tanto que su Portavoz en la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea (APEM). Han sido días de trabajo intenso, que han incluido reuniones con las dos Cámaras del Parlamento, el Ejecutivo, los partidos del gobierno y de la oposición, el Consejo Islámico, los medios de comunicación, las instituciones y organizaciones sociales dedicadas a la defensa de los derechos humanos y las embajadas europeas.
Vuelvo convencido de que Argelia ha conseguido salir con fuerza de la pesadilla de la década del terrorismo (una auténtica guerra civil que sufrió brutalmente el país), está tratando de construir paso a paso una democracia capaz de solucionar los problemas de la ciudadanía (el desempleo, la educación, la igualdad, la seguridad) y es un socio clave para la UE en el Magreb y el Mediterráneo, tanto política como económicamente. Para España eso tiene todavía un sentido mucho más subrayado.
El Proceso de Barcelona debe tener en España y en Argelia dos de sus puntales.
A mediados de marzo iré a Túnez para asistir a la sesión plenaria de la APEM. En el Mediterráneo nos jugamos mucho, tanto que es inconcebible el futuro de la UE sin el desarrollo positivo de lo que en la Constitución Europea los convencionales llamamos el "entorno próximo". También por ello es elogiable esa Constitución...
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