miércoles, 1 de febrero de 2006

De Dublín a Bruselas pasando por la madrugada televisiva

El viernes 27 de enero salté a Dublín para representar al PSOE en el primer Foro del Partido Socialista Europeo sobre el futuro de Europa. Allí defendí lo que pensamos con convicción: que la Constitución Europea está otra vez en los raíles y que España -con la autoridad política que le da haber sido el primer país de la Unión en ratificarla en referéndum, hace ahora un año- debe estar en la locomotora del tren que la lleve a su estación de destino, 2009, echando carbón a la máquina, acelerando y frenando cuando corresponda (pues en algunas estaciones, como Francia y Holanda habrá que entrar con prudencia), conduciendo con otros como la Alemania del Gobierno de coalición el convoy. En ese recorrido hace falta que los ciudadanos se conviertan en pasajeros con voz y voto, no que vean pasar los vagones. Por eso es tan importante que el proceso de reflexión y debate sobre el futuro de Europa, abierto formalmente en junio de 2005 por el Consejo Europea, sea organizado seriamente, con la participación de la ciudadanía. En ese proceso habrá que desmentir dos falsedades, que van perdiendo en fuerza a medida que el contexto político cambia, sobre todo a partir del acuerdo de diciembre sobre los dineros comunitarios: que la Constitución está muerta y que primero hay que ocuparse de las preocupaciones de la gente. ¿Y con qué instrumento las respondemos de forma adecuada? Solo se me ocurre uno, que es la Constitución.

El lunes grabé un debate en el programa Europa de TVE. Reflexionamos sobre el futuro de la Constitución mi amigo Íñigo Méndez de Vigo, mi admirado profesor el filósofo Marina y yo mismo. El debate quedó bien, a mi parecer. Pero lo dije en una de mis intervenciones durante el mismo y lo repito ahora: es lamentable que un espacio tan bien dirigido y presentando por Juan Cuesta y su equipo se emita (¡TOMEN NOTA!) a una hora tan adecuada como las dos y cuarto de la madrugada en la segunda cadena de la Televisión pública. ¿Y luego hay quien se pregunta por qué buena parte de la ciudadanía considera los temas europeos alejados o incomprensibles? Hay que poner a muchos medios de comunicación, especialmente audiovisuales, frente a su propia responsabilidad. Por ejemplo, para que haya informativos y debates sobre Europa, para que se emitan en franjas horarias normales y no pornográficas o para que los representantes políticos en el nivel europeo puedan explicar sus propuestas a la opinión. Quizás seamos aburridos, pero no más que bastantes tertulias exclusivas para periodistas (nada que objetar, pero siempre que no se coman el 100 % del tiempo) especializados en hablar de todo...y de nada.

Hoy, por fin, he recibido en Bruselas a un grupo de visitantes invitados por mi al PE: la Coordinadora de Discapacitados de la Comunidad Madrileña, con sus acompañantes, sus sillas de ruedas, sus anhelos. Ha sido una experiencia maravillosa. Hemos hablado con ellos, conocido sus demandas, comprometido todavía más nuestro trabajo contra la discriminación y por la igualdad. Han venido muchos colegas. Han estado extraordinarias en sus intervenciones, sin duda, las eurodiputadas Paca Pleguezuelos, Iratxe Pérez y Evangelia Tzampazi.

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