miércoles, 14 de diciembre de 2005

Un asesinato que no parará el camino del Líbano hacia la libertad

El viernes 26 de mayo de este año, a las doce de la mañana, quienes firmamos esta carta nos reunimos en Beirut con Gibran Tueni, diputado y director del periódico «An Nahar», asesinado este lunes en la capital libanesa con una bomba activada al paso de su vehículo. Ahora, al ver su foto en los medios de comunicación y leer indignados la noticia del brutal atentado que le ha costado la vida, nos viene a la memoria aquel encuentro: un grupo de políticos, periodistas y empresarios, comprometidos con el avance democrático y la independencia de su país, nos recibía en tanto que responsables de la observación electoral de la Unión Europea, en vísperas de los comicios legislativos, en una sala blindada, de la que sólo se podía salir o entrar a través de un complicado procedimiento de seguridad. Sus palabras nos convencieron de que tanto en ese despacho acorazado, cerca de la plaza de Los Mártires, donde comenzó el impresionante movimiento popular tras el asesinato de Rafik Hariri, como en la calle, la ciudadanía libanesa estaba decidida a recuperar su libertad.

Cuando el 19 de junio certificamos en nombre de la UE que, más allá de las carencias de la ley vigente, las elecciones habían sido limpias y abrían una nueva etapa de esperanza para el Líbano, sabíamos que el camino no sería sencillo, sino todo lo contrario. La muerte de Tueni, precedida por otros crímenes terroristas similares, no podrá parar un proceso de libertad e independencia que la Unión, con fuerza y determinación, apoya y que, en buena medida, depende de que la Comisión de Investigación de la ONU encuentre a los culpables de todos los desmanes que, como europeos, españoles y mediterráneos, sentimos que nos golpean directamente. El último de ellos, la pérdida de un hombre íntegro que sabía que, con sus ideas, se jugaba la vida a diario. El devenir político quiso que fuéramos dos españoles los europeos más implicados en aquellos comicios legislativos libaneses. Con esa autoridad, gritamos ¡basta! y añadimos ¡paz y democracia para el Líbano! Que los culpables y quienes les amparan sepan que sus crímenes no quedarán impunes y que el pueblo libanés cuenta con toda nuestra solidaridad.

José Ignacio Salafranca y Carlos Carnero, eurodiputados del PP y del PSOE, jefe de la Misión de Observación Electoral de la UE y presidente de la delegación de observadores del Parlamento Europeo en las elecciones libanesas de mayo/junio de 2005.

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