jueves, 26 de enero de 2012

Hablando de Europa: excelente iniciativa de seis grandes periódicos europeos

Así que os propongo que hagamos un poco de tiempo para leer el suplemento sobre Europa que han lanzado hoy seis periódicos europeos, entre ellos El País. Un excelente documento para el debate que tenéis en este enlace.

Hablando de la Transición: mesa redonda de la Fundación Progreso y Cultura

lunes, 23 de enero de 2012

Un liderazgo europeísta y de la izquierda: nuestro artículo en El País sobre el futuro del PSOE

Encabezados por Diego López Garrido, más de veinte militantes del PSOE que provenimos de Nueva Izquierda publicamos hoy en El País un artículo titulado "Un liderago europeísta y de la izquierda" ante el Congreso Federal de Sevilla.

Aquí tenéis el enlace y el texto:

Un liderazgo europeísta y de la izquierda

DIEGO LÓPEZ GARRIDO

Los españoles nos han situado en la oposición, y a la derecha le han dado casi todos los instrumentos democráticos de poder local, autonómico y estatal. Pero nos piden a todas las fuerzas políticas lo mismo: recuperación económica y creación de empleo de calidad, así como la preservación del Estado de bienestar. Estas tareas son también nuestra responsabilidad.

Desde la trayectoria política de quienes suscribimos este artículo, pensamos que el próximo Congreso del PSOE tiene que adoptar decisiones al menos en cuatro grandes dimensiones: el proyecto de partido, la relación con Europa, las políticas sociales y la política económica. El Congreso debe ser el punto de partida imprescindible para un partido que está dolorido, pero también decidido a jugar el papel -sin lugar a dudas, protagonista- que los ciudadanos nos siguen atribuyendo.

1. Un partido de Gobierno, receptivo y atento a las demandas participativas y críticas de la sociedad civil.

Necesitamos a los ciudadanos con nosotros revitalizando al PSOE, y ahora tenemos medios de democracia participativa directa (la Red) para hacerlo posible, y resortes representativos (las primarias abiertas a simpatizantes) para hacerlo más legítimo, en todos los momentos en que se tenga que realizar un proceso electoral. A la derecha no se le pide eso. A la izquierda, afortunadamente, sí, y tiene que canalizar los fuertes impulsos críticos que han traspasado las fronteras de España, extendiendo al máximo la representatividad de nuestra democracia.

Hay otra exigencia evidente. El Partido Socialista es un partido de Gobierno, única alternativa real a la derecha ganadora en las últimas elecciones. Eso significa que tiene que configurarse como un proyecto nacional, con una dirección con sentido y cometidos de Estado, y no solo coordinadora de organizaciones territoriales.

2. Una Europa social y solidaria contra la crisis.

La crisis ha demostrado que no hay salidas meramente nacionales a la misma. Estamos en presencia de una crisis internacional. Las repuestas deben ser europeas, y de ahí la importancia del Partido Socialista Europeo (PSE), principal instrumento socialdemócrata, que sigue siendo una suma de partidos nacionales más que un verdadero partido de ámbito supranacional que elabore la estrategia de los socialistas.

Los socialistas no aceptamos que la política económica sea dictada por el bloque conservador Merkel-Sarkozy, obsesionado en ajustes insolidarios y alejado del fortalecimiento de nuestro modelo social.

Los socialistas hemos de estar en la vanguardia de una Europa que afronte de una vez la crisis de forma colectiva y solidaria. Es la única forma de superarla. De ahí,que debamos sostener decididamente, en el PSE y en todos los ámbitos políticos, las siguientes medidas.

- Creación de eurobonos, o mutualización de la deuda soberana, como la correspondencia obligada a la disciplina presupuestaria.

- La intervención del Banco Central Europeo para defender el euro y garantizar siempre intereses razonablemente bajos en la financiación de los países con esta moneda.

- El fortalecimiento del Mecanismo Europeo de estabilidad financiera.

- La Tasa de Transacciones Financieras, a nivel de la eurozona, para que entre en vigor con los nuevos Presupuestos de la UE en 2014.

- Planes de inversión pública productiva a nivel europeo como estímulo de crecimiento y creación de empleo.

- La desaparición de los paraísos fiscales.

3. Los derechos sociales son conquistas que no se tocan.

El periodo 2004-2011 de Gobiernos socialistas irá siempre unido a avances históricos y poderosos en derechos sociales de colectivos particularmente vulnerables o discriminados. La ley de igualdad entre hombres y mujeres, la ley contra la violencia de género, la ley de dependencia, la ley de matrimonio homosexual, el crecimiento impetuoso de las pensiones más bajas, del salario mínimo interprofesional, los derechos constitucionales de los inmigrantes que les habían quitado los Gobiernos de Aznar... Son derechos a añadir a los clásicos del Estado de bienestar, educación, sanidad, protección ante el desempleo, Seguridad Social, universalizados por anteriores Gobiernos de la izquierda.

Hay que reivindicar con orgullo estos logros democráticos y hay que recelar de la nueva etapa política del PP, porque nunca la derecha amplió los derechos sociales, y ahora está tentada a limitarlos fuertemente. Los socialistas (y los sindicatos) nos tenemos que comprometer a evitarlo, con tolerancia cero a los recortes en derechos sociales. La austeridad debe aplicarse a otros conceptos de gasto, pero nunca a los derechos, que necesitan sobre todo los que menos tienen.

4. Una reforma fiscal en profundidad para financiar la superación de la crisis.

Pero cualquier objetivo económico y social que se nos ocurra tropieza con un primer obstáculo, el principal desafío que nos atenaza: la financiación de la salida de la crisis, que la propia crisis dificulta como un círculo vicioso.

Ya no vale repetir que hay que crecer, y que de aquí vendrán todas las soluciones. Ya lo sabemos. Pero ¿cómo desencadenar ese crecimiento sostenible y suficiente que nunca llega? Y, mientras tanto, ¿cómo evitar el deterioro del Estado de bienestar? ¿Cómo inyectar en la economía productiva la energía que le ha robado la avaricia de la economía financiera? La respuesta es: financiación a través de potentes impuestos progresivos. Después -no antes- vendrá el crecimiento.

La equidad debe obligar a los poderes públicos a abandonar la exhausta vía del endeudamiento -que es, además, generacionalmente insolidario- y a requerir medios de financiación directos en forma de impuestos a los sectores económicos con capacidad para darlos. Estos son: el sistema financiero causante y beneficiario de la crisis y los individuos y corporaciones con mayor poder económico. Ello significa una reforma fiscal progresiva: a nivel europeo (eurozona) es la tasa sobre transacciones financieras -que ha sido una iniciativa del Partido Socialista Europeo- y, a nivel nacional, es un cambio en la fiscalidad en sentido diferente al giro brutal que en su programa ha aprobado el Gobierno del PP, descargando la crisis sobre las clases medias y los asalariados.

Los socialistas hemos de proponer una profunda reforma fiscal que afecte, al menos, a los siguientes tres aspectos:

- Un impuesto integral sobre las grandes fortunas y patrimonios.

- Supresión de las deducciones y exenciones en el impuesto de sociedades, que se ha desplomado.

- Tributación real y efectiva sobre las rentas del capital, incluyendo las SICAV.

De ahí tienen que venir los fondos públicos que se inviertan luego en infraestructuras físicas, tecnológicas y educativas, en planes de empleo juvenil, en el mantenimiento de los derechos sociales conquistados, así como en la amortización de la deuda. Porque la competitividad no puede basarse en bajos salarios y en facilitar el despido.

Sin dotar previamente a los poderes públicos de ingresos suficientes y reduciendo cualquier política a los recortes en gastos, no habrá recuperación y se agrandarán las grietas de la desigualdad, la pobreza, y la discriminación intergeneracional, que ya forman parte del paisaje de las sociedades occidentales.

El Congreso del PSOE ha de ocuparse de todo esto y también, coherentemente, de quienes dirigirán el partido en unos años decisivos para nuestro país y para Europa.

Diego López Garrido es diputado socialista. Suscriben también este artículo: Juan José Azcona, Carmen Barahona, Carlos Carnero y 18 firmas más.

lunes, 9 de enero de 2012

¿Estará España el 20 de enero en la reunión de Alemania, Francia e Italia? Rajoy tiene la palabra


Empieza 2012 y la UE lo estrena frenéticamente. Una vez más, aseguran algunos, la cuestión es salvar el euro.

Dudo mucho de que el euro esté en peligro de desaparecer. No hay factores objetivos que avalen tal posibilidad, porque una cosa es estar en dificultades y otra muy distinta en peligro de muerte.

Sin embargo, ha llegado la hora de aplicar lo decidido en la Cumbre de Bruselas de diciembre para poner en marcha un Tratado internacional a 17 o más que facilite y fortalezca la gestión de la moneda única.

Se puede hacer sin añadir otros debates o asumiendo que lo acordado en diciembre no es suficiente para retomar la senda del crecimiento y el empleo.

Parece evidente que la austeridad por la austeridad no es la receta para salir de la crisis, por mucho que se empeñen gobiernos como el español, cuyas decisiones pueden llevarnos a una profunda recesión que eleve en cientos de miles los puestos de trabajo destruidos en los próximos doce meses.

Hace falta equilibrar la austeridad con las políticas activas desde lo público que ayuden a reactivar la economía. Más ajustes ahora son innecesarios por contraproducentes.

De ahí la importancia de que un país como España fuera capaz de contribuir a reorientar la política europea. Lamentablemente, los planes del Gobierno van en la dirección contraria.

El 20 de enero se reunirán Alemania, Francia e Italia en las personas de su canciller, presidente y primer ministro. Al parecer, España ni está convocada ni se la espera.

Sea cual sea la posición del Ejecutivo español, sería bueno que nuestro país tomara parte en este tipo de encuentros, claves para la cita del Consejo Europeo del 30 de enero y para otras decisiones. Lo ha declarado López Garrido y lleva razón.

¿Será capaz Rajoy de moverse para estar? Y si lo hace, ¿qué dirá?

Me pregunto, por ejemplo, si el PP, ahora en La Moncloa, seguirá oponiéndose a la tasa sobre las transacciones financieras internacionales que la UE respalda y Sarkozy está empeñado en implantar cuanto antes, incluso en solitario.

Les deseo lo mejor a mis antiguos colegas y amigos en el Parlamento Europeo ahora al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de su Secretaría de Estado para la UE, García Margallo y Méndez de Vigo, que son políticos capaces, experimentados y europeístas, cuyo nombramiento ha sido para muchos, entre los que me cuento, una buena noticia.

Tienen ya, a la vuelta de la esquina, una buena oportunidad de demostrar su visión europea consiguiendo que España esté en la reunión del 20 de enero y promueva posiciones de mayor equilibrio entre austeridad y crecimiento en las políticas de la Unión. No estar sería negativo, un fracaso por acción u omisión. Pero estar para no decir nada o actuar de rémora, también.

Llegó el tiempo de hacer desde el gobierno y ser criticado o aplaudido por los resultados obtenidos. Eso es democracia.