lunes, 17 de octubre de 2011

Las propuestas del PSOE: mi artículo en Nueva Tribuna


Cuando una Conferencia es más que un escenario

Carlos Carnero

El panorama informativo español tiende a presentar sin distinción las conferencias o congresos de los partidos como meros decorados para el lucimiento –o no- de su “líderes”, con unas organizaciones predispuestas al aplauso fácil y la repetición ritual de las cuatro consignas del momento. Por supuesto, los partidos han contribuido más que nadie a que esa situación se haya convertido en una norma que, a corto o medio plazo, terminará golpeando a lo que representan como columna vertebral de la democracia.

Por eso salí con buen sabor de boca de la Conferencia Política del PSOE celebrada a principios de octubre y a la que asistí como delegado: porque, a diferencia de ocasiones anteriores, esta vez el decorado fue lo de menos y el contenido lo de más. Hasta el punto de que, frente a esa frase tonta de “hay partido” –cuando los símiles futbolísticos o taurinos se adueñan del lenguaje político, mal vamos de profundidad intelectual-, esta vez lo cierto es que “hubo debate”.

La discusión fue profunda y rigurosa en todos los terrenos, como requería una Conferencia llamada a perfilar los contornos de lo que en su momento será el programa electoral que se presente a la ciudadanía para las elecciones generales del 20 de noviembre.

Y el resultado, por su parte, fue claro: la adopción de posiciones –empezando por las referidas a la crisis económica- nítidamente a la izquierda, encaminadas a construir un discurso que no entiende la realidad como una categoría inmodificable, sino que pretende modelarla de acuerdo con los intereses de la mayoría social.

En el terreno de la Unión Europea, ese fue sin duda el resultado de la Conferencia, que aprobó novedades particularmente significativas: la apuesta por la unión política federal; la prioridad de construir un gobierno económico que cuente con tesoro comunitario, armonización fiscal y presupuesto suficiente; el apoyo a la activación de la “Tasa Tobin”, emitir eurobonos y contar con una agencia europea de calificación de deuda; el empeño en que el Banco Central Europeo contribuya no solo a la estabilidad de precios sino a la consecución de los objetivos de crecimiento y empleo, lo que demanda la puesta en marcha de estímulos públicos orientados en esa dirección; la convicción de que la deuda no puede sustituir una fiscalidad progresiva imprescindible para el mantenimiento y desarrollo del estado del bienestar; la conformación de una Europa social con el mismo nivel normativo que le mercado único, como propone la Confederación Europea de Sindicatos (CES).

De esta forma, el PSOE alinea sus posiciones con las más avanzadas de la izquierda política y social, incluyendo al Partido Socialista Europeo y la CES, en un momento en que tanto la crisis como la respuesta europea a la misma entran en una nueva fase y es insoslayable reflexionar sobre si lo decidido hasta la fecha ha dado los resultados esperados o no.

La respuesta a la crisis necesita ser repensada, al menos en tres puntos:

- los ajustes han agotado su camino y se impone formular un plan europeo de estímulo económico, de forma que los países con excedentes alienten su demanda para favorecer el crecimiento de aquellos que se enfrentan al peligro de recesión y sufren altas tasas de desempleo: para ello es imprescindible contar con nuevos recursos nacionales (vía impuestos progresivos) y comunitarios, que pueden ser obtenidos a través de los eurobonos o la Tasa Tobin; además, el BCE debe rebajar los tipos de interés de una vez por todas: basta ya de fijarse en la orquesta (la inflación) cuando el barco pasa por problemas graves;

- es perentorio desmontar de una vez por todas los ataques especulativos contra la deuda nacional y los mercados bursátiles: junto a nuevas regulaciones que prohíban para siempre y en todos los casos las operaciones a corto o en descubierto en las Bolsas, se impone crear una Agencia Europea de Calificación de Deuda, cargar en todos los terrenos posibles contra las privadas que desestabilizan el mercado con sus decisiones, que el Banco Central Europeo siga comprando títulos de los estados miembros en la diana y emitir eurobonos;

- las decisiones de gobierno económico deben asumir que estamos en una Europa a dos velocidades y que la eurozona debe modificar sus procedimientos de toma de decisiones, para hacerlos más rápidos y eficaces, reformando el Tratado si es preciso.

En todas estas cuestiones, las diferencias entre izquierda y derecha son notorias. Y la Conferencia Política del PSOE, junto con los ataques contra el estado del bienestar en las comunidades autónomas gobernadas por la derecha, se ha encargado de subrayarlo.

Buenas noticias.

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