Chacales y corderos: mi artículo sobre el repunte de la crisis en Nueva Tribuna
En el último repunte de la crisis, muchos hemos tratado de analizar las causas de y las salidas a la situación. Yo lo he hecho en un artículo publicado en Nueva Tribuna el 1 de agosto y que tenéis en el enlace y copio a continuación:
De chacales y corderos
Carlos Carnero
Había que ser ciego para no ver a 31 de julio lo que iba a pasar en agosto con la deuda pública española e italiana: los fondos de alto riesgo y otras manadas de especuladores financieros habían decidido hacer su ídem gracias a nuestro dinero.
¿Cómo atacan las fieras a los rebaños de corderos? Tienen su táctica:
1º Compran bonos alemanes, haciendo caer el interés que se paga por ellos: a mayor demanda con una oferta estable baja el precio de los mismos.
2º Al caer el interés que se paga por los bonos alemanes a diez años y aunque el de los españoles o italianos no se moviera, se agranda la diferencia entre ambos conjuntos: la llamada prima de riesgo.
3º La subida de la prima de riesgo se provoca justo en los días de la semana previos a una subasta de deuda española o italiana: esta vez comenzó a crecer el lunes 1 de agosto y así ha seguido los días 2, 3 y 4 porque en este último (jueves) estaba convocada una subasta en la que se pretendía colocar entre 2.500 y 3.500 millones de euros de bonos españoles.
4º En dicha subasta, la subida artificial de la prima de riesgo obliga al Tesoro emisor a pagar un interés mucho mayor del que la realidad hubiera indicado: el negocio para los chacales está hecho.
5º Obviamente, la perspectiva de un interés del seis y pico por ciento (o más) por la deuda es sumamente atractiva para quienes tienen su dinero en bolsa: venden sus acciones y destinan el capital a la compra de bonos del estado, provocando una caída espectacular del Ibex; más aún: una parte de las órdenes de venta se activa automática y mecánicamente a través de programas de ordenador que relacionan prima de riesgo y caída de los valores.
6º Primera consecuencia: los especuladores se forran; segunda: los estados se vuelven a endeudar con los intereses ruinosos pagados para colocar la deuda; tercero: las empresas se descapitalizan.
Una manera inmediata de romper el espinazo a los especuladores: que el Banco Central Europeo compre masivamente deuda de los países afectados en el mercado secundario, destrozando las expectativas bajistas de los fondos de alto riesgo. Pero el BCE lleva 18 semanas sin hacerlo. ¿Por qué?
Otra manera de limitar los desmanes: que se apliquen las decisiones de la reciente Cumbre del Eurogrupo y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera compre deuda de los atacados en el mercado secundario. Pero eso, cuando esté en vigor, solo podrá hacerse en caso extremo y por unanimidad de los estados del euro: demasiado lentamente para aplicarlo en cuestión de 24 o 48 horas.
Y, desde luego, una vía fundamental y duradera: que se conforme deuda europea a través de la emisión de eurobonos, impidiendo que los lobos se lancen sobre sus víctimas de una e una o de dos en dos, explotando las contradicciones internas del rebaño.
Parece la película “Psicosis”. Ahora, la entrada la pagamos todos los ciudadanos a precio desorbitado mientras los especuladores toman el sol de agosto en playas de lujo riéndose a carcajadas de nuestra ingenuidad de ganado ovino.
Otra cosa: según la derecha, el resto de la oposición y los editoriales de los periódicos, la convocatoria de elecciones generales anticipadas generaría confianza económica de forma inmediata. ¡Qué inocentes! El camino hasta tales comicios estará plagado de ataques especulativos, porque los fondos de alto riesgo utilizarán su convocatoria para vender inestabilidad y provocar la subida del precio a pagar por la deuda, hundiendo los índices bursátiles. Y no digamos lo que pasará cuando se forme un nuevo gobierno: sea cual sea su presidente, los ataques no solo no cesarán, sino que aumentarán exponencialmente porque –dirán los fondos de alto riesgo- no se pueden fiar de las intenciones del nuevo inquilino de La Moncloa. A no ser que Europa actúe, evidentemente.
Porque esta es la moraleja: no hay solución nacional a los ataques de los chacales. Solo existe la europea. Pero ahora que la UE tiene la escopeta para dispararles, ¿está dispuesta a utilizarla? Tengo dudas, porque el gatillo alemán sigue encasquillado. No sé si los dirigentes gubernamentales de Berlín se dan cuenta de que por mucho que vendan hoy a China, su único mercado seguro siempre es el de los países de la UE (la oposición del SPD, afortunadamente, sí es consciente de la situación y propone en consecuencia). Todavía lo es, aunque al paso que vamos tendremos que cambiar el tiempo verbal y decir era. Ellos sabrán, porque aunque a algunos no les guste, en este barco del euro vamos todos y de él ni se baja ni se puede bajar a nadie. ¡Faltaría más!
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