sábado, 7 de mayo de 2011

Perplejidades: mi artículo en Nueva Tribuna

Aquí estoy otra vez, después de un tiempo sin escribir por dificultades técnicas.

Y lo hago con un artículo en Nueva Tribuna titulado "Perplejidades":

Perplejidades
Carlos Carnero

No me siento perplejo ante muchas cosas de las que suceden en nuestro país, pero sí reconozco sentir perplejidades al conocerlas.

Una de ellas, el desempleo. Última Encuesta –subrayo, encuesta- de Población Activa. Día siguiente: titulares a cuatro columnas con los casi cinco millones de parados. Último dato del paro registrado: escasa repercusión en portada –cuando no nula, caso de los periódicos de derechas- y relativización del buen dato. Se afirma que es estacional, debido al inicio de la temporada turística y de la Semana Santa (por cierto, pasada por agua). Se olvidan de que la primera industria de este país es la turística y representa en torno al 10 % del Producto Interior Bruto. Así que no es mala cosa que tal industria cree empleo cuando puede y debe, es decir, en torno a o en la temporada alta. Si el repunte del empleo en abril se mantiene en los próximos seis meses (no hay Semana Santa en todos ellos, claro), estaremos llegando al otoño con 400.000 parados menos, de forma que en el INEM tendremos menos de 3.800.000 personas registradas. ¿Merecerá un titular a cuatro columnas? Me temo que no: las buenas noticias no son noticia, entre otras cosas porque podrían desmontar las profecías autocumplidas (casi siempre negativas) de los comentaristas. Y hasta ahí podíamos llegar.

Otra: la Federación de Asociaciones de la Prensa y la mayor parte de directores de medios de comunicación se comprometen a no informar de las ruedas de prensa en las que no se admitan preguntas. ¿Cuántos de los últimos van a cumplir tal compromiso? Tendrán la oportunidad de demostrarlo todos los días, máxime en campaña electoral, a no ser que ellos mismos formen parte de la trampa de quienes dicen ofrecer declaraciones –no ruedas de prensa- para evitar caer en el cómputo de incomparecencias reales. De hecho, ya han pasado varios días del anuncio y todavía no se ha hecho el vacío informativo a nadie. Los medios de comunicación deben ser tan críticos con el poder –con el existente, con el que creen que se avecina y con el fáctico- como con ellos mismos. Pero de esto último hay poco.

Tercera: leo que Iñaki Gabilondo inicia un nuevo programa de entrevistas en profundidad en Canal +, para el que anuncia que no entrevistará a políticos. ¿Por qué? ¿Son apestados? Poco casa esa intención -¿elitista?- con la justa demanda de que las ruedas de prensa sean eso, o sea, incluyan preguntas. De lo contrario, ¿cómo van a explicarse quienes gobiernan y quienes aspirar a hacerlo? Ítem más: no comparto que Gabilondo considere que Ana Pastor debe “controlar su intensidad” en momentos como el que protagonizó con la Sra. De Cospedal cuanto esta criticó sin fundamento la independencia de los servicios informativos de TVE. ¿Qué significa “controlar su intensidad”? ¿No refutar lo que es falso? Amigo Iñaki: afortunadamente, contamos con una TVE independiente cuya audiencia es superior a la que suman tirios y troyanos.

Cuarta: Obama. Al final va a resultar que el Presidente de los Estados Unidos es una especie de George Bush III a cuenta de la operación contra Bin Landen. Tanto tanto que en España algunos han pasado en unas horas de felicitarse por la acción contra el promotor de actos terroristas tan bárbaros como los del 11-S y el 11-M a prácticamente condenar a la Casa Blanca por haberla llevado a cabo. La exageración y la demagogia se abren paso de forma tan exasperante que uno comienza a sentirse un poco asfixiado por el ambiente.

Perplejidades me provoca todo lo dicho. Pero también certezas: el paro registrado desciende, algunos han decidido defender la libertad y el derecho a la información, siempre nos quedará esta buena TVE que hemos disfrutado en la etapa Zapatero –lejos del beneficio empresarial y todo lo que conlleva su búsqueda- y Obama, probablemente, será reelegido. Bueno.

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