viernes, 12 de noviembre de 2010

Patente europea: España defiende los intereses de la Unión

Publico un artículo en Diario Crítico sobre la posición española en torno a la patente única europea. Espero que os interese. Lo tenéis en el enlace y lo reproduzco a continuación:

"El interés de la Unión y el español: hablando de la patente europea

España ha dicho no (a través del Secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido) a la propuesta de regulación de la patente europea presentada por la Presidencia belga de la Unión, después de haber tratado durante meses de conseguir que los socios comunitarios entendieran nuestros argumentos.

Argumentos nada nacionalistas, sino profundamente europeístas, como siempre, siguiendo una tradición tan sencilla como importante: los intereses de España se defienden adecuadamente cuando se demuestra que se confunden con los del conjunto de Europa.

Hemos dicho no porque la propuesta belga mantenía en la práctica que las lenguas para registrar una patente europea fueran tres: inglés, francés y alemán, haciendo caso omiso de cuestiones que a España le parecen insoslayables.

La primera: que la UE es una construcción política que hace del pluralismo lingüístico uno de sus principales valores, como especifica el Tratado de Lisboa. En 23 idiomas funciona y bien el Parlamento Europeo, por ejemplo.

La segunda: que si se considera que la reducción de los costes para registrar una patente pasa por disminuir las lenguas en que puede hacerse, lo lógico sería llegar hasta el fondo -el inglés como idioma único- y no quedándose a medio camino –inglés, francés y alemán-.

La tercera: que la elección del criterio para señalar la importancia de una lengua a la hora de excluir a otras es siempre complicada: ¿por qué el alemán y el francés en vez de el español?, ¿por razones de poderío económico?, ¿dónde queda entonces la variable del número de hablantes y la progresión cuantitativa de los mismos?

La cuarta: a la UE no debería pasarle desapercibido lo que es evidente para España, a saber, que el castellano es ya, tras el inglés, la lengua de mayor expansión internacional, lo que se puede cuantificar en beneficios económicos tangibles no solo para su país de origen, sino para el conjunto de la Unión.

Al decir no a la exclusión del español de las lenguas en las que registrar en el futuro la patente europea, hemos defendido el interés europeo y, a la vez, el nacional.

Hay estados miembros que hablan de una cooperación reforzada para la patente si la propuesta belga no sale finalmente adelante. No me parece correcto, entre otras cosas porque el régimen lingüístico de la Unión se decide por unanimidad y porque lo que no puede hacerse con el mercado interior es trocearlo.

España debe seguir insistiendo en su postura, con la que han coincidido Italia y Polonia y cuenta con el apoyo, entre otras entidades, de los empresarios porque, al final, quien saldrá ganando será Europa.

Carlos Carnero,
Embajador en Misión Especial para proyectos en el marco de la integración europea
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