El Banco Mundial mete la pata y el Eurogrupo, completamente satisfecho con el plan de ajuste español
Una historia de ayer, que vale para todos los días:
“El Eurogrupo asegura estar completamente satisfecho con el ajuste de España”, informa El Mundo digital como primer titular al dar cuenta de las palabras del Presidente de esa instancia y Primer Ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.
Una buena e importante noticia, entre otras cosas porque Juncker añade que no se han pedido medidas adicionales de ajuste durante 2011 al Gobierno español, tal y como había afirmado la Ministra Salgado hace unos días, sin mucho eco en los medios.
Al final de la mañana, busco la noticia en los medios digitales: periódicos, radios, televisiones. Da igual: no la encuentro, salvo en pequeñas referencias marginales o en alguna curiosa, como la de un diario nacional cuyo primer titular dice que el Eurogrupo está “satisfecho”, liquidando el adjetivo “completamente” (excesivo, les debe parecer, así que agua al vino, que para eso está).
¿No es relevante? ¿Es Juncker un indocumentado? ¿Las buenas noticias no se publican? ¿No hay que sacar lo que desdice a los propios medios, empeñados en afirmar que el Eurogrupo había exigido más ajuste en 2011, sin dar crédito a Salgado, ahora nítidamente refrendada en sus palabras por el Presidente del Eurogrupo? ¿Miente el luxemburgués sobre sí mismo y la instancia que encabeza? ¡Seguro, si sabremos nosotros!
Algo pasa en la información en este país. Algo que no es bueno, afirmo como ciudadano.
Aunque también hay signos de esperanza: espectacular el artículo de El País en el que Sandro Pozzi desde Nueva York deja en pelotas al Banco Mundial, que ayer se despachó calificando la situación económica de España como “muy grave” basándose, sobre todo, en que estamos entre los cinco países más endeudados de la Unión -junto con otros sospechosos habituales de los anglosajones-, cuando en realidad hacemos el número ¡14! en dicho ránking, por detrás del Reino Unido y de Holanda, among others…
Lamentable, tendencioso, pernicioso e interesado. Alguien debería asumir responsabilidades en el Banco Mundial, ¿no?, porque el daño que se podía haber causado en la opinión y los “mercados” hubiera sido mayúsculo. Tanto que la noticia era la portada en grandes caracteres de todos los medios digitales el martes por la tarde, para luego desaparecer en las páginas interiores al día siguiente, una vez conocida la metedura de pata.
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