Zapatero frente a los gurús, o por qué les molesta tanto a algunos la Presidencia Española de la UE
Ataque tras ataque, algunos desvelan qué les molesta de la Presidencia Española de la UE. Lo analizo en el artículo que publico en Nueva Tribuna:
Zapatero frente a los gurús
* Carlos Carnero
NUEVATRIBUNA.ES - 1.2.2010
Ha bastado que España, al frente de la Presidencia del Consejo de la UE en este semestre, se atreviera a proponer la unión económica europea para que, de repente, editorialistas y gurús –el término ya lo dice todo- hayan organizado la tremolina.
Alguno comenzó calificando el Programa de la Presidencia Española como anodino, algo, a estas alturas del debate, hasta moderado. Otros, como el economista Nouriel Roubini, decidieron ir por derecho: España es un peligro para la zona euro. De ahí se pasó sin solución de continuidad a plantear nuestra salida de la moneda única.
¿Conspiración contra España? ¿Retorno de la pertinaz campaña contra los PIGS del sur de la UE?
Los tiros van por otro lado: el que se refiere al carácter profundamente europeísta y netamente progresista de la Presidencia Española, ahora que comienza una nueva Europa con el Tratado de Lisboa.
La cuestión es sencilla de plantear para los que han decidido hacernos blanco de todas sus preocupaciones. Cuando la crisis en el nivel internacional parece atenuarse -al menos en sus efectos más espectaculares, como los financieros-, creen llegado el momento de proponer salir de la misma con una receta basada en las mismas causas que la provocaron. Mercado sin control, bancos lanzados a satisfacer una ambición sin límites, ausencia de regulación internacional, monetarismo a ultranza, cuestionamiento del modelo social que conocemos como estado del bienestar. “Business as usual”. Quienes proponen salir de la crisis “autrement” molestan.
A todo aquello hay que decir no. Primero, porque la crisis no ha terminado, habida cuenta del desempleo existente o de las cifras de descenso del PIB en muchos países desarrollados, empezando por los más fuertes. Segundo, porque la referida salida no es otra cosa que un retorno al pasado que nos depararía más crisis, pero en plural. Tercero, porque si esta crisis es un problema, lo fundamental es saber convertirla en una oportunidad.
Oportunidad para abrir una nueva etapa que consolide un futuro sostenible para las grandes mayorías. Esta es la hora del gobierno económico mundial y, desde luego, del europeo, no del neoliberalismo que nos ha metido en la gran recesión.
Eso pasa por definir mecanismos que posibiliten la entrada de la política con mayúsculas en los asuntos económicos internacionales, a partir de las decisiones del G-20, presionando para que no solo se estudien, sino que se implementen medidas como una tasa sobre las transacciones financieras internacionales destinada a fomentar el crecimiento y superar la pobreza en el Planeta.
Y también por que la Unión deje de ser como tal un enano político-económico. Para conseguirlo, necesitamos una política económica europea junto a la unión monetaria y al mercado único, es perentorio contar con un Tesoro Europeo y es imprescindible construir una Europa social.
La Presidencia Española de la UE se ha atrevido a dar el primer paso, concitando un creciente consenso europeísta en torno a su propuesta. Más, desde luego, que el coro de ataques recibidos, que no cesarán, no nos engañemos.
Por eso ha sido más conveniente que nunca la firmeza del Presidente Rodríguez Zapatero en Davos, recordando con claridad que el nuestro es un país serio, que nuestra deuda está 20 puntos por debajo de la media europea (con un Tesoro que dedica el 5 % de sus ingresos a pagarla), que en 2013 habremos vuelto al 3 % de déficit y que, a diferencia de parte del mundo anglosajón, aquí el sistema financiero ha aguantado gracias, entre otras cosas, a los controles existentes.
La importancia de lo público ha vuelto con la crisis, pero para quedarse. La relevancia de regular democráticamente también. Y eso no les gusta ni a quienes nunca les complació la UE, ni el euro ni, seamos sinceros, la ampliación al sur.
¡Qué le vamos a hacer, tendrán que resignarse! Porque este debate de ideas vamos a ganarlo los europeístas, España incluida.
Carlos Carnero
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