En democracia no cabe la censura informativa

Lo dicen dos periódicos tan dispares en su línea editorial como El País y El Mundo, pero los que vimos la final de la Copa del Rey de fútbol nos dimos cuenta de inmediato: TVE censuró -no hay otro término en el diccionario para calificar lo sucedido- la sonora bronca que numerosos aficionados presentes en el estadio dedicaron al himno nacional en presencia del Rey.

Obviamente, ni entiendo ni comparto tal bronca, entre otras cosas porque resulta sectárea, ridícula e infantil. Todos los símbolos democráticos deben ser respetados, pues representan valores y sentimientos colectivos, incluido el himno de España. Si alguien no se identifica con el mismo o con lo que representa, guardar silencio es la única actitud respetuosa que le cabe. Hacer lo contrario es intransigente y poco racional.

Pero que la televisión pública -o cualquiera otra privada que hubiera retransmitido el partido- haya censurado lo ocurrido es, sencillamente, un escándalo. El derecho a la información veraz no puede estar nunca sometido a ningún criterio político o de otra índole, como ocurrió ayer.

TVE se explica atribuyendo lo ocurrido a un "fallo humano". Increíble.

En otros países, las consecuencias serían evidentes.