Las elecciones europeas son eso. Ejemplos de lo contrario.
Las elecciones al Parlamento Europeo deben ser eso, ni más ni menos. Tratar de utilizarlas para otras cosas debilita la importancia política de la cita y hace un flaco favor al proyecto europeo.
En el país vecino por el Norte, tenemos ejemplos sobrados de lo que no hay que hacer. Veamos los dos lados del espectro político.
Rachida Dati, ex-ministra de un Sarkozy que impuso su salida del Gobierno hacia Estrasburgo, acaba de demostrar su conocimiento de los asuntos europeos. Según informa Le Figaro, en un coloquio organizado por las juventudes de su partido respondió con brillantez a las preguntas sobre la UE. Una de ellas era sobre el papel de Europa. Su contestación: "Europa se ocupa de lo que se le da para que se ocupe. Y después se ocupa de lo que se le da para ocuparse con las personas que son capaces de ocuparse de esos asuntos. ¿He estado bien?". "Sí, no ha estdo mal", reacciona el interrogador.
En el campo socialista, el candidato y actual eurodiputado Benôit Hamon ha afirmado que la consulta del 7 de junio ha de servir para castigar a Sarkozy. No ve o no quiere ver la diana, que no es el Presidente de la República, sino conseguir una mayoría progresista para contar con una UE más democrática y eficaz.
A la vista de todo ello, estaremos atentos al nivel de abstención en Francia. Y mientras, Europa -y la ciudadanía con ella- paga los platos rotos.


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