viernes, 25 de abril de 2008

La última de Berlusconi no es una gracia: es un ataque homófobo, reaccionario y grosero que no puede pasar sin una respuesta democrática en Bruselas

Tratando de evitar el escándalo de 2004, cuando propuso como comisario europeo a Rocco Buttiglione y este se despachó con declaraciones ajenas a los valores democráticos que estructuran nuestras sociedades, Silvio Berlusconi ha tardado poco en recordarnos sus ideas. La intención del cavaliere es que el próximo comisario europeo italiano sea el hoy eurodiputado Antonio Tajani, que se ocuparía de transportes -crisis de Alitalia por medio-. Para impedir que la Eurocámara ponga problemas al berlusconiano, el Presidente de la Comisión Europea, Barroso, ha pasado la cartera de Justicia y Asuntos de Interior, hasta ahora ocupada por Franco Frattini -que será el titular de exteriores de su gobierno y llegó tras el batacazo de Buttiglione- y que hubiera ido lógicamente a Tajani, al francés Barrot. Y para justificarse, Berlusconi ha dicho aquello de que "mejor ocuparse de los transportes que de los homosexuales". No es una gracia ni puede ser pasada como tal. Es una muestra de sus ideas homófobas, reaccionarias y groseras. Merece una reprobación pública y general. Espero que las instituciones europeas la lleven a cabo en coherencia con los valores que están obligadas a defender. Como eurodiputado socialista español, orgulloso de la defensa de la igualdad y la libertad de todas y de todos protagonizada por el Gobierno Zapatero, actuaré en consecuencia, de eso podéis estar seguros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mi lo más sorprendente es que un país con la cultura que se le presupone a Italia tenga como máximo responsable a un individuo como ese.