El Mediterráneo, de nuevo una prioridad para la Unión Europea
Las cosas han salido muy bien para el Mediterráneo en el Consejo Europeo celebrado en Bruselas. Afortunadamente, la Unión Mediterránea exclusiva y excluyente que propuso hace un año Nicolás Sarkozy ha sido desechada. En su lugar, como defendíamos desde España (con Zapatero y Moratinos a la cabeza) y las instituciones de la UE, empezando por el Parlamento Europeo -así lo ha defendido su Presidente en Bruselas, como habíamos propuesto los socialistas-, se ha decidido relanzar e institucionalizar el Proceso Euromediterráneo ya existente, que tiene insuficiencias, desde luego, pero también mucho logros globales y concretos: basta imaginar su inexistencia para calcular el coste que ello supondría para la ciudadanía que vive en la región. En julio se pondrá en marcha un marco renovado de cooperación regional que recibirá el nombre de "Proceso de Barcelona: Unión por el Mediterráneo". La denominación y el hecho de que se haya encargado a la Comisión Europea la presentación del oportuno proyecto ya lo dicen todo sobre su pleno carácter comunitario. La dimensión parlamentaria de ese marco deberá ser absolutamente garantizada, potenciando la ya existente Asamblea Parlamentaria Euromediterránea -en la que soy el Portavoz del Grupo Socialista Europeo-, cuya próxima sesión plenaria tendrá lugar en Atenas a final de mes. Allí abordaremos nuestra contribución a la nueva estructura, que recoge lo mejor del Proceso de Barcelona para potenciarlo. El Mediterráneo está en la primera línea de las prioridades europeas. Lo acordado en el Consejo Europeo figuraba como propuesta en el Programa Electoral del PSOE para el 9-M. Trabajo ha costado conseguirlo, pero lo hemos logrado.
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