Rajoy se hunde, vale, pero, ¡ojo!, ni Ruiz-Gallardón es el Rey Arturo ni Madrid es Camelot
¡Tremendo lío en el Partido Popular! Rajoy cede ante Aznar y Esperanza Aguirre y deja a Ruiz-Gallardón con la miel en los labios de convertirse en Diputado al Congreso. Cierto: gana el sector más duro del PP, el que controla el partido, el que realmente tiene el apoyo de una militancia cada vez más radicalizada. Pero atención: de ahí a convertir a Alberto en un héroe, media una gran distancia, porque en su caso del dicho al hecho hay un buen trecho. Ruiz-Gallardón aplica aquello de a Dios Rogando y con el mazo dando: ayer fue el único cargo institucional del PP que asistió a la inauguración del I Foro de la Alianza de Civilizaciones, y eso está bien, entre otras cosas por ser su obligación como primer edil de la ciudad en la que se celebra, aunque ese criterio le traiga al fresco a la Presidenta regional, que igual deber tiene. Pero simultáneamente se niega a crear una Comisión de Investigación sobre el "Caso Guateque", sigue sin dar señales de vida en la ineludible Evaluación de Impaco Ambiental del soterramiento de la M-30, establece vertederos independientemente de los daños causados a los vecinos, consigue que en Madrid se superen un día sí y otro también los índices máximos de contaminación recomendados por la Unión Europea, pasa de los servicios sociales y de aplicar la Ley de Dependencia, aprueba un presupuesto cultural que dedica a un distrito burgués mucho más dinero que a uno obrero -¡faltaría más!- o se salta a la torera la propia Ordenanza Municipal sobre zanjas. Ruiz-Gallárdón puede ser más o menos de derechas que Rajoy, pero es un mal Alcalde como fue un mal Presidente de la Comunidad, es un mal gestor al que la ciudadanía le repele y cree que la institución que encabeza está al servicio de sus ambiciones personales. Así que, por favor, no le convirtamos inmerecidamente en un héroe -tampoco es un villano, sino un vendehumo- y expliquemos a los habitantes de las otras ciudades de nuestro país que esta capital no es Camelot (por muchos 400 millones de euroes que nos haya costado la mudanza del despacho del Alcalde de la Plaza de la Villa al "Castillo" de Correos) y Ruiz-Gallardón no es el Rey Arturo. Así que, por mi parte, se retire de la política o se lo piense, voy a seguir exigiendo con mis iniciativas desde el Parlamento Europeo que cumpla la ley en beneficio de la gente. Que no lo dude. Ahora lo que hace falta es que vayamos construyendo desde la izquierda, desde el PSOE, de una vez por todas y con convicción, la alternativa para que esta "capital de la gloria" tenga el Alcalde o la Alcaldesa que se merece, que no son ni Ruiz-Gallardón ni su número dos, Ana Botella.
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