Constitución Europea: III Foro Parlamentario
Este lunes y martes hemos celebrado en Bruselas el III Foro Parlamentario sobre el futuro de Europa, en el que han participado diputados, senadores y eurodiputados de los poderes legislativos de los 27 estados miembros de la UE y del Parlamento Europeo. Estos Foros Parlamentarios se pusieron en marcha en el marco del período de reflexión y debate abierto tras el NO de Francia y Holanda a la Constitución Europea.
He sido miembro de la Delegación del Parlamento Europeo en los tres Foros celebrados hasta la fecha y, por ello, puedo decir que este ha sido sin duda el más fructífero, por dos razones: la primera, su oportunidad, al haber tenido lugar pocos días antes del Consejo Europeo que convocará la Conferencia Intergubernamental destinada a sacar a la UE del actual impasse; la segunda y más importante, haber mostrado la amplísima coincidencia de la enorme mayoría de parlamentarios nacionales y eurodiputados en el objetivo de salvar la sustancia de la Constitución Europea y rechazar tanto un minitratado como un Tratado meramente institucional.
Únicas discrepancias: las provenientes del Reino Unido, Holanda, Polonia y República Checa, en las que se ha llevado la palma la Cámara de los Comunes.
Necesitamos una Constitución que permita a la UE ser más democrática y eficaz. La mejor es la que redactamos en la Convención Europea y firmaron los Jefes de Estado y de Gobierno. Pero habiendo constatado que, como tal e íntegramente, no puede salir adelante, habrá que introducir modificaciones que permitan la unanimidad, imprescindible para su entrada en vigor. Ahora bien, el acuerdo no puede alcanzarse a cualquier precio, por supuesto. Es preciso mantener su columna vertebral en valores, objetivos, derechos, instituciones y políticas.
Sería sobre todo inaceptable que se eliminara la Carta de Derechos Fundamentales o que de ella quedara solo una referencia en el texto del nuevo Tratado. Lo mismo que no podría asumirse que se redujeran los campos a los que se amplían la toma de decisiones por mayoría y la capacidad legislativa del Parlamento Europeo.También preferiría que el resultado de la CIG se siga llamado Constitución y no se eliminen los símbolos que oficializa.
Estoy seguro de que España, encabezada en el Consejo Europeo por el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no bajará la guardia -porque nuestro país aprobó la Constitución Europea por referéndum- y contribuirá a un acuerdo de máximos. Otra cosa no sería concebible.
En cuanto la reciba, colgaré mi intervención en el III Foro Parlamentario.
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