viernes, 30 de marzo de 2007

Referéndum Europeo

Hoy publico un artículo en El País junto con el eurodiputado liberal y antiguo Ministro de Asuntos Exteriores de Polonia Bronislaw Geremek, titulado "¿Y si consultásemos a los europeos?".

Nuestra idea (abierta, por supuesto, a toda reflexión) es muy sencilla: salir del impasse provocado por los resultados negativos de los refereréndums francés y holandés sobre la Constitución Europea requiere que la ciudadanía europea como tal, en su conjunto, se pronuncie en torno al futuro de la Unión.

Podría organizarse una consulta que llamara a pronunciarse al conjunto del cuerpo electoral europeo simultáneamente en torno a algunas cuestiones clave. Sería una consulta no vinculante, pero abriría en el futuro las puertas a una figura indispensable: el referéndum europeo.

No podemos seguir avanzando si troceamos el demos europeo en 27, si la ratificación de las normas fundamentales de la Unión (Constitución o Tratado) se ve sometida a la ruleta rusa de procesos nacionales infuidos únicamente por la situación política en cada país, en busca de una unanimidad que se convierte progresivamente en un obstáculo insalvable y contrario a la democracia y a la eficacia.

Es factible organizar esa consulta en términos prácticos (podría hacerlo la Comisión con la colaboración de los estados miembros tras una decisión del Consejo apoyada parlamentariamente); tiene precedentes: ¿no se convoca cada cinco años a toda la ciudadanía de la UE a elegir simultáneamente la Eurocámara?; es necesaria políticamente, pues solo con el empuje ciudadano saldremos de la crisis actual, imposible de solucionar a puerta cerrada.

En países como España votamos en referéndum la Constitución Europea, consiguiendo un SÍ abrumador. Participar en esa consulta europea no nos costaría mayor trabajo. Estoy seguro de que una movilización real de las fuerzas políticas y sociales europeístas garantizaría una participación elevada y un nuevo apoyo ciudadano a las tesis más avanzadas, lo que podría ser utilizado por el Gobierno Zapatero, junto con los más proeuropeos, para empujar hacia adelante.

Lo decía en un mensaje anterior: hemos conmemorado el 50 aniversario del Tratado de Roma. Bien. Pero ha faltado la emoción ciudadana en torno a lo que la gente ha construido. Hasta que Europea no esté en nuestras manos a través de una papeleta -el resumen de la democracia-, la distancia persistirá. Y esa es la mejor noticia para los gemelos de Varsovia and friends.

Firmar un artículo con mi amigo Geremek (con su impresionante trayectoria de lucha por la libertad y su profundidad de reflexión) ha sido una experiencia magnífica. Que un liberal polaco y un socialista español pensemos y actuemos en común representa una pequeña contribución a ese demos europeo.

Seamos utópicos: pidamos lo posible. ¿O no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que la idea original se gestó en polaco. De lo contrario, ya me dirá su señoría cómo se come su brillante y compartida idea de convocar una suerte de día europeo del Referendo cuya utilidad, en el estado actual de la cosa, es más o menos la misma que la del Día Europeo de la Música.
Aunque si ello sirve para que usted siga viajando y, con ello, evitamos que escriba sus cansinas reflexiones, bienvenido sea el Referendo de marras.
Ciclón de Muiños