domingo, 14 de octubre de 2012

Nobel de la Paz a la UE: artículo de López Garrido y Carnero en el blog Alternativas en El País y en Nueva Tribuna

Nuestro artículo en el blog Alternativas en El País y en Nueva Tribuna :


El Nobel de la Paz a la Unión Europea nos recuerda lo que somos

Diego López Garrido y Carlos Carnero 

Así somos y así nos ven: paz, reconciliación, democracia y derechos humanos en el Viejo Continente y en el Mundo. En el fondo y en la superficie, eso es en realidad la Unión Europea, y no la madrastra mala ni la crisis permanente con que las modas mediáticas han tratado de presentarla a través de un relato machacón que ha ansiado transformarse en discurso único.

Hasta tal punto ha sido así, que defender las virtudes de la construcción europea –sin olvidar sus defectos, por supuesto- ha llegado en estos tiempos a ser calificado como ingenuo, edulcorado, propio de Mary Poppins, en fin, inaceptable para la nueva modernidad euroescéptica y marcadamente anglosajona, aunque se expresara en castellano.

Lo ha recordado con claridad y contundencia el Comité noruego que otorga el Premio Nobel de la Paz al concedérselo este año a la UE. Hay que agradecerle profundamente que lo haya hecho, porque sin duda servirá para que los europeos recuperen el orgullo de haber construido una Unión que es la primera democracia supranacional existente en la historia y el espacio de mayor libertad y progreso del Planeta, en consonancia con la política, la economía, la sociedad y la cultura europeas, decantadas a través de siglos de enfrentamientos pero también de logros individuales y colectivos que son el mejor acervo de la humanidad.

Una UE que tiene problemas y presenta debilidades, por supuesto. Pero sin la que sería imposible afrontar el presente e imaginar el futuro. Una UE que es una unión aduanera, un mercado único y una unión monetaria, desde luego, pero que sobre todo es cada vez más una unión política de orientación federal, como soñaron sus padres fundadores y muchos seguimos trabajando cada día por completar.

Es más, en medio de la actual crisis económica –por cierto, originada en los Estados Unidos- la UE ha demostrado ser un instrumento imprescindible de solidaridad sin el que muchos países (incluida España) no hubieran podido hacer frente a dificultades que, nacionalmente consideradas, se habrían convertido en insuperables. Aunque con nombres a veces indescifrables, la Europa unida ha puesto en marcha canales de solidaridad impensables en otros lugares del Planeta.

Las sociedades del mañana no podrán definirse sin la UE. Da igual que otros crezcan mucho o que los europeos sean cada vez menos demográficamente. Europa es el origen de la democracia y de los derechos humanos y sin su fuerza económica, social, tecnológica y cultural es imposible conformar un mundo justo, equilibrado o, al menos, viable. Millones y millones de seres humanos saben que en su anhelo de libertad y desarrollo tienen su mejor –y, a veces, su único– aliado en la Unión.

El Nobel de la Paz otorgado a la UE va para los padres fundadores, para la ciudadanía europea, para los estados miembros –incluyendo a esta España que tanto ha dado desde 1986 a la construcción europea y que tanto ha recibido, no lo olvidemos-, para las instituciones comunitarias (el Parlamento, la Comisión, el Consejo, el Tribunal) y para lo que representa este esfuerzo colectivo: una unión de valores para garantizar derechos.



martes, 9 de octubre de 2012

Debatiendo en Km. 0 de Telemadrid

De nuevo acudo, con mucho gusto, al programa de debate de Telemadrid Kilómetro 0, que conduce Ana Samboal. Un programa de contraste de pareceres tranquilo y equlibrado que gana cada vez más audiencia y por el que debemos felicitar a los profesionales que lo hacen posible. Esta vez hablamos de la Conferencia de Presidentes autonómicos, de Cataluña, de la crisis, del rescate... a lo largo y ancho de 90 minutos más que interesantes.

Los Presupuestos 2013 obligan a pedir el rescate: mi artículo en El Huffington Post

Los Presupuestos 2013 obligan a pedir el rescate.

Carlos Carnero

El Huffington Post


El Proyecto de Presupuestos Generales del Estado 2013 aprobado por el Gobierno debería ser la respuesta a la pregunta de si Rajoy pedirá el segundo rescate económico de España a la Unión Europea: sí o sí, como han puesto de moda decir algunos dirigentes del PP.

En realidad, las cuentas públicas para el año que viene no dejan otra alternativa. Basta con fijarse en la cantidad que se dedicará a pagar los intereses de la deuda el año que viene y cuánto crecerá respecto a 2012 para darse cuenta de ello: 35.314 millones de euros, 9.742 más que el año pasado, un incremento del 33,8%. Un monto tan descomunal se come todos los recortes de gasto previstos y deja al Gobierno sin capacidad financiera para poner en marcha políticas de crecimiento, lo que, en una situación sostenida de recesión, es doblemente trágico: primero, por las consecuencias sociales que acarreará en
cuanto al paro; segundo, porque la previsión de ingresos y de gastos de los Presupuestos se convierte en dudosa: a menos actividad, menos dinero vía impuestos y más absorbido por el subsidio de desempleo.

No nos engañemos: la mejoría de la prima de riesgo conseguida por las decisiones anunciadas por Mario Draghi el 6 de septiembre es tan positiva como temporal e insuficiente. Nadie sabe cuánto durará y, en todo caso, no sirve para reducir en lo necesario los intereses desorbitados que seguimos pagando por la deuda. Ni podemos permitirnos continuar con una prima de riesgo de 400 puntos o más y ni es asumible seguir colocando títulos a los tipos que se están consiguiendo en las últimas subastas de deuda, aunque sean mejores que los anteriores a septiembre.

El Gobierno debería dar el paso ya y dejarse de marear la perdiz, algo que nos está restando credibilidad internacional y europea y que, a cambio, no sé qué magros beneficios políticos a corto plazo puede dar al partido mayoritario en las cercanas convocatorias electorales. De no hacerse a tiempo, las consecuencias serán nefastas. Tanto, por ejemplo, como haber tenido que echar mano del Fondo de Reserva para pagar las pensiones de los próximos meses, porque, una vez abierta, es muy difícil cerrar la hucha y todavía más volver a llenarla.

Portugal se ha convertido en el ejemplo de que el cumplimiento de los objetivos de déficit pactados con la UE no tiene por qué conseguirse únicamente por la vía del gasto. Al hilo de la marcha atrás de Pasos Coelho, la Comisión Europea ha reiterado que corresponde a Lisboa definir la manera específica de hacerlo, por ejemplo, vía impuestos progresivos (nada que ver con la exacción que se pretendía sobre las nóminas aumentando desorbitadamente las cotizaciones sociales de los trabajadores).

El rescate ofrecido no tiene por qué implicar nuevas condiciones de ajuste y, en todo caso, permitiría a España ahorrarse cantidades ingentes de intereses que enriquecen a quienes se aprovechan de nuestros problemas y nos obligan a romper huchas y lo que se ponga por delante. Y eso deberían entenderlo y pactarlo el Gobierno y la oposición.